Cantarero del Museo del Pastor

HISTORIA DE VILLARALTO

Se le atribuye antigüedad de finales del S. XV o principios del XVI cuando se establecieron un grupo de vecinos de Torremilano (Dos Torres) para cuidar las viñas que poseían en este lugar. El arcediano de Pedroche y canónigo de Córdoba , Don Melchor Fernández Almagro, trató de comprar Villaralto en 1633, pero cuando Don Francisco Lema, comisionado del Rey, vino a dar la posesión, se opuso la ciudad de Córdoba por ser barrio de Torremilano y no poseer jurisdicción propia.

Pese a ello, el comisionado dejó posesión de Villaralto a Don Luis Fernández Carreras, hermano y apoderado del arcediano de Pedroche, el día 15 de septiembre de 1633 y, al propio tiempo la hizo villa, con jurisdicción propia.

A la hora de señalar término, se entabló pleito con Torremilano, resuelto a favor de Villaralto en 1638.

Villaralto es depositaria de valores urbanos que certifican sus raíces pedrocheñas, preservado de adulteraciones, encinar adehesado, el dintel de granito y el campanario reloj vigilante de tejados marcando la vida cotidiana, placentera y sin prisas, una bendición.